
Este personaje ha sufrido un atropello en su propia habitación. Unos desórdenes y roturas de sillas inexplicables. Él se ve incapaz de descifrar la multitud de pistas que, sin duda alguna, ha dejado el culpable o culpables. El detective Ruisdäel acude. Y ambos quedan para comer en un discreto restaurante de las afueras.
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